El empleo de la inteligencia artificial (IA) en la producción de contenido visual ha revolucionado la industria del cine y la televisión. Un ejemplo reciente de esta evolución se observó con la serie El Eternauta de Netflix, donde se utilizó IA generativa para lograr el impactante derrumbe de un edificio en un tiempo notablemente corto. Esta es la primera ocasión en que una plataforma de streaming tan relevante incorpora la IA generativa en el metraje final de una producción, marcando un avance tecnológico destacado. No obstante, este progreso también ha generado preocupaciones sobre el impacto de la IA en el trabajo artístico, la autenticidad en el entretenimiento y el porvenir de los creadores de contenido.
Si bien la tecnología promete ser más eficiente, completando trabajos que tradicionalmente tomarían meses en cuestión de días, la pregunta crucial radica en si este avance representa el futuro de la creatividad o si está sustituyendo la habilidad humana por algoritmos. Esta transición del CGI tradicional a la IA generativa no solo afecta a los artistas de efectos visuales, sino que podría redefinir la misma naturaleza del entretenimiento que consumimos.
El cambio radical en la producción visual
Antes de la llegada de la IA generativa, los efectos visuales (VFX) dependían de un arduo trabajo realizado por artistas especializados, que pasaban semanas creando modelos 3D, ajustando geometrías, iluminaciones y animaciones de cada elemento. Este proceso, aunque meticuloso y creativo, es costoso y demanda mucho tiempo y esfuerzo. Sin embargo, con la IA generativa, los artistas pueden simplemente describir lo que necesitan, y los algoritmos generan imágenes completas de manera casi instantánea.
Este desarrollo ha suscitado una incómoda cuestión: ¿estamos dejando de lado la creatividad del ser humano en favor de un sistema que solo sigue órdenes predefinidas? La habilidad de los cineastas para generar efectos visuales muy complejos sin el control manual convencional podría resultar en un despliegue visual sorprendente, pero ¿verdaderamente representa la intención del director?
Tal como se mostró en El Eternauta, la IA hizo posible el derrumbe de un edificio en un tiempo muchísimo menor que el requerido por técnicas tradicionales. Esto genera una interesante cuestión: la velocidad y la eficiencia están prevaleciendo, pero ¿se está sacrificando algo de autenticidad y expresión artística?
Los costos económicos detrás de la disrupción tecnológica
Un factor clave para la incorporación de la inteligencia artificial en el sector del entretenimiento es su habilidad para disminuir gastos. Se prevé que el mercado de la IA generativa para la conversión de imágenes de texto a video valorará más de USD 1,700 millones para el año 2029. Esto indica una tendencia hacia la eficiente utilización de recursos en una industria que enfrenta desafíos económicos debido a la disminución de presupuestos. Mientras que los efectos visuales convencionales pueden tener un costo de miles de dólares por minuto, la IA generativa puede reducir estos gastos en un 10% en toda la industria y hasta un 30% en cine y televisión.
Aunque esta reducción de costos podría brindar oportunidades para cineastas independientes, también representa un reto ético y laboral. De acuerdo con un informe de la OCDE, el 27% de los empleos globales podrían verse afectados por la automatización impulsada por la IA, y la industria de los efectos visuales también se enfrenta a esta amenaza. Adicionalmente, la explotación de los trabajadores de VFX, quienes a menudo cumplen con extensas jornadas no pagadas, ha sido evidenciada en las huelgas de Hollywood de 2023, donde se luchaba por garantizar que la IA no sustituyera la creatividad humana sin recibir una compensación justa.
La contradicción en la percepción del arte generado por IA
Aunque la inteligencia artificial generativa abre nuevas oportunidades, su aplicación en el ámbito artístico y de entretenimiento está llena de dilemas psicológicos. Estudios actuales han indicado que las personas tienden a valorar positivamente una creación artística cuando desconocen que fue hecha por inteligencia artificial. No obstante, al descubrir que la pieza fue producida por una máquina, su percepción se transforma, disminuyendo la autenticidad y creatividad de la obra.
Este prejuicio humano hacia la IA muestra un fuerte rechazo a la despersonalización en el arte. Los observadores aprecian la conexión emocional que experimentan con el acto creativo, algo que la IA, sin importar su desarrollo, no puede imitar. Este hecho provoca una interesante contradicción: a pesar de que las creaciones de la IA pueden ser visualmente atractivas, el reconocimiento de su origen algorítmico reduce la admiración general por la obra.
El porvenir impredecible de la IA en Hollywood
A pesar de los avances tecnológicos, Hollywood aún se encuentra sin una legislación clara que regule el uso de la IA en la creación de contenidos. En 2023, se llevaron a cabo varias audiencias sobre IA, pero el Congreso de los Estados Unidos aún no ha logrado establecer un marco legal para su uso en la industria. Las recientes huelgas en Hollywood, en las que los guionistas exigieron protecciones contra el uso de IA para escribir guiones y los actores solicitaron control sobre las réplicas digitales, reflejan el creciente temor de los creadores ante la automatización del trabajo artístico.
La autenticidad y la creatividad
La implementación de la IA en El Eternauta y otras obras de gran notoriedad destaca las complejas relaciones entre tecnología, arte y labor humana en el ámbito del entretenimiento. Aunque la inteligencia artificial presenta posibilidades para una creación más eficiente y económica, también cuestiona los principios esenciales de la creatividad y la autenticidad. La industria necesita abordar el dilema de cómo equilibrar el uso de innovaciones tecnológicas con la preservación del elemento humano que ha moldeado el mundo del cine y la televisión.